Los monólogos de divulgación científica y la historia de la ciencia. El ejemplo de Naukas Bilbao 2022
Cuando se hace historia de la ciencia (o de las ciencias, que de eso ya hablamos antes) siempre aparecen más preguntas que respuestas. Hablar de cómo ayuda a entender el ejercicio de la historia al desarrollo de las distintas ciencias puede ser tan complejo como las propias disciplinas objeto de su estudio. Esto se debe, sobre todo, a que cuando hacemos historia de algo estamos construyendo a la vez el propio objeto de nuestro estudio.
Toda persona tiene su propio contexto: su familia, su lugar de origen, cultura, educación, creencias religiosas o ausencia de ellas, idioma en el que se comunica…y a partir de estas bases se relaciona con el mundo. Cuando alguien hace historia, mira al pasado desde su propio contexto y desde la época que le toca vivir y relata los hechos bajo el sesgo de su cultura, sus necesidades, y desde sus propios objetivos. Seleccionamos el pasado que queremos en función de nuestro presente, usamos las fuentes de manera presentista, siendo conscientes o no de ello. Esto ocurre en la actualidad cuando las personas que trabajan en campos científicos utilizan la historia para divulgación. En este último post dedicado a la introducción a la historia de la ciencia quiero poner un ejemplo de cómo lo hacen en un caso muy concreto: algunos de los monólogos que se escucharon en Naukas Bilbao 2022.
Los héroes de la ciencia
como protagonistas
A la hora de realizar un
monólogo científico de diez minutos como los que se presentan en estos
encuentros es fundamental que lo que se exponga se haga de forma clara y
accesible y, para ello, es de mucha utilidad tener un hilo conductor en el
discurso, un relato coherente. Se trata de crear un “cuento” para adultos no
especialistas en la materia. Como la audiencia a la que va dirigido no es
experta, son muchos los ponentes que optan por utilizar a los personajes
históricos conocidos de sus disciplinas como mediadores para acercar a la
ciudadanía sus saberes. Estos protagonistas nos guían a través del relato. En
el caso de Naukas Bilbao 2022, fueron varias las personas que nos contaron
historias en torno a matemáticos
brillantes que cometen actos atroces, biólogos
importantes que falsean datos o genios tan indiscutibles y trascendentales
para la ciencia como Linneo
y sus obsesiones por los temas sexuales.
Pero ¿por qué este gusto de
contar la vida y milagros de estos personajes? Es indudable que saber más detalles
sobre alguien que es un referente nos acerca a ellos, los hace más humanos. Conocer
las vidas de los “héroes” de la ciencia hace que los veamos más parecidos a
nosotros, más fáciles de imitar. En este momento en el que la ciencia quiere
reclutar nuevas generaciones, el poner un ejemplo a imitar siempre parece una
buena idea a priori. La iconografía de los “santos laicos” de las ciencias y el
relato de sus “milagrosos” descubrimientos siguen siendo una imagen potente,
unos referentes utilizables aún en un siglo XXI completamente secularizado.
Forman parte de tradiciones inventadas y aún válidas que ayudan a mantener la
cohesión de grupo de sus disciplinas y a legitimarlas.
Pero también se pueden usar a
estos personajes (ATENCIÓN SPOILER, si
no has visto los videos que he puesto arriba, hazlo ahora antes de que te los
destripe) para hablarnos de la
falibilidad, falsabilidad y del valor del error en las demostraciones
científicas. Incluso, de que la idea de grandes genios, mitos fundacionales de
la ciencia, como sabios infalibles sin tacha es un constructo creado en un
momento determinado con un fin específico.
Hoy en día la desmitificación
ha ganado terreno y, a pesar de que se sigue acudiendo a los genios históricos
para hacer divulgación, ya no es para admirarlos sin cuestionarlos, si no para
bajarlos del pedestal y colocarlos a nuestro mismo nivel, por lo que se habla
de sus obsesiones sexuales, sus malas praxis o sus enfermedades mentales. Todas
las personas tenemos nuestro lado oscuro, los genios también.
En un momento de
reivindicación de la diversidad, los personajes a los que se refieren deberían
ser diversos. A pesar de que en los ejemplos aparecen personas de distinto
estrato social o con enfermedades mentales, aún faltan referentes con
diversidad funcional, otros provenientes de fuera de Europa o EEUU, de otras
razas y culturas, o más mujeres.
Hay otros monologuistas que hablan de personajes desconocidos para el gran público pero cuyos trabajos son importantes para sus disciplinas. Es el caso de uno de los colaboradores de Marie Curie de origen manchego o este otro que voy a tomar como ejemplo de uso de la historia de la ciencia en la divulgación. Se trata del que presentó el neurocientífico y profesor del Master de Cultura científica José Ramón Alonso titulado "El hermano desconocido".
El autor deja claro en la introducción que el objetivo de su charla es hablar del pasado porque para él es una forma de entender el presente e “intentar adivinar- dice- qué ocurrirá en el futuro”. Es la historia de la ciencia como base de construcción del presente, con los problemas que antes hemos mencionado, y como constructora de un futuro desde nuestros intereses presentes. También su otro objetivo es la reivindicación de los investigadores modestos que están trabajando tras los famosos y no son tan reconocidos. El valor del grupo y la legitimación de todos los actores que aportan conocimiento a los distintos saberes y, además, situar todo esto como fruto de un sistema educativo y de una sociedad en concreto. De esta manera intenta huir del planteamiento de un modelo lineal que avanza a partir de un descubrimiento.
La historia que cuenta es la
de Pedro Ramón y Cajal, hermano especialista en histología de Santiago Ramón y
Cajal y un referente en este campo del conocimiento, que trabajó con su hermano
compartiendo resultados e investigaciones y ayudándole en experimentos.
J. R. Alonso utiliza la historia como manera de captar la atención de la audiencia, y lo primero que
hace es una semblanza de la familia Ramón y Cajal y para hacer un cuadro de la
época. Se detiene en el relato de aventuras curiosas del personaje en las
guerras americanas que nos sitúan en un marco político y social muy concreto y
convulso. Hay, por parte del ponente una labor de investigación biográfica,
además de estudio de su trabajo científico para unirlo con la labor y logros de
su hermano Santiago. Todo para crear un relato que tenga más datos que nos
ayuden a entender mejor los objetivos principales de la charla: que ninguna
persona investiga sola, que los avances en ciencia no son repentinos y
solitarios sino que son el fruto de predecesores, colaboradores persistentes y del
trabajo laborioso en equipo que hace que la investigación avance. A esto le
tiene que acompañar un contexto educativo, político y social favorable a la
ciencia. La intervención termina con el autor diciendo que” el futuro no es un
sitio al que vamos, es algo que construimos entre todos”.
Los relatos de los hombres y mujeres ilustres de la ciencia no deberían ser los únicos que se ofrezcan. La historia está conformada por más voces y todas tienen su importancia. Cuantas más voces, mayor acercamiento al contexto histórico real al estar más contrastado y tener visiones más poliédricas.
No es bueno para la
divulgación científica que se use la historia para presentar conocimientos y
hechos aislados, cronologías de descubrimientos. El mundo y las sociedades son
complejos, se pueden observar desde puntos de vista parciales muy
especializados, pero es también un conjunto. En la actualidad es más difícil
encontrar personas que trabajen en varios campos científicos a la vez, la historia
de las Ciencias puede servir como nexo común entre disciplinas distintas al mostrar
los saberes comunes antes de sus separaciones actuales.
Es necesario que la historia de la ciencia sea relevante para las personas que actualmente trabajan en ciencia para que puedan considerarla un instrumento más del que hacer uso para su trabajo. Desde la llamada Revolución científica e incluso antes, todo lo relacionado con la filosofía natural y con las ciencias está escrito. La historia de la ciencia con su estudio sistemático de las fuentes es relevante para no olvidar lo que ya se ha desechado y poder recuperarlo en un futuro para otros objetivos o para no perder el tiempo repitiendo errores que otras personas ya cometieron.
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