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Mostrando las entradas etiquetadas como Los discursos de la ciencia en al esfera pública

El fin del mundo ya ha ocurrido más veces

A lo largo de la historia se han repetido numerosas teorías de la conspiración que hacían creer a la población que fuerzas poderosas actuaban a sus espaldas de manera silenciosa manipulando y creando situaciones que les llevarían a lograr el control o destrucción total del mundo. En estas conspiraciones la trama secreta está liderada por un grupo de conspiradores que ataca a otro grupo de personas, al que utilizan de chivo expiatorio, culpándoles de una serie de sucesos accidentales y de coincidencias que los conspiradores dotan de sentido, unidad y coherencia para mostrarlos como planificados. Estas teorías no han aparecido en nuestros días sino que algunas de ellas se repiten, con características diferentes, según las épocas históricas. La característica de estas teorías en la era de la información es la rapidez con la que se propagan y cómo explican fácilmente el mundo en una división entre el bien y el mal. Por su extensión a muchos terrenos y su complejidad las teorías milenarista

Twitter y ciencia

En la actualidad existen diversos medios para poder informarse sobre ciencia, pero todos son digitales. Los medios escritos, las radios o incluso las televisiones que tienen programas científicos o las instituciones que realizan difusión y divulgación de la ciencia de manera presencial también utilizan las herramientas digitales para diseminar la información científica. Según la encuesta de Percepción social de la ciencia del Fecyt de 2016 internet fue el medio favorito de la población española para informarse sobre ciencia y tecnología: un 75,4% lo hacía a través de las redes sociales y, concretamente, un 37,3% a través de Twitter. Las ventajas de esta red para diseminar contenidos es evidente. Favorece el diálogo entre emisor y receptor de la información, los contenidos que se pueden difundir pueden ser de otras redes sociales, blogs, o cualquier otro medio digital, es un espacio que resulta integrador y educativo al favorecer el intercambio de opiniones, aunque también por momentos

Fast and furious científico

En el acelerado mundo en el que vivimos el refrán que dice "la paciencia es la madre de la ciencia" parece estar fuera de lugar. Las prisas nos ganan en cualquier terreno, incluso cuando hablamos de comunicación científica. Las publicaciones científicas ven la luz después de un trabajo de investigación que puede haber llevado meses o incluso años. El proceso de publicación de los papers con las conclusiones en las revistas científicas es largo y complejo ya que tienen que pasar por una ineludible revisión por pares, esto es, que otras personas expertas en el mismo campo evalúen y comenten el trabajo para decirle a la revista si lo consideran publicable o no. Es un filtro un poco perverso, ya que pueden influir en esta revisión los conflictos de intereses o las rencillas personales entre colegas, pero que ha funcionado durante mucho tiempo como un filtro que aporta un marchamo de calidad a lo publicado por las revistas. Antes de que los artículos se publiquen, las revistas sue

Estudio sobre el consumo de información durante el confinamiento

Saber preguntar es clave para obtener información. Con las preguntas correctas es más sencillo que las respuestas nos aporten información valiosa si estamos realizando un estudio o una encuesta y necesitamos conocer ciertos datos de los informantes. Pero también puede ocurrir que deseemos obtener una respuesta para lo que manipularíamos sutilmente la pregunta para inducir una respuesta que esté desacuerdo con nuestros postulados de origen.  Hay veces que las prisas o la falta de preparación previa hace que lo que podía haber sido de base un estudio muy interesante a la vez que oportuno haga aguas por algunos lugares. Este es el caso que nos ocupa.  Durante los primeros días de abril de 2020, en pleno confinamiento por el coronavirus, el grupo de investigación Digilab de la Facultad de comunicación y relaciones Internacionales de Blanquerna (Universidad Ramón Llull)  realizó una encuesta digital a más de 1200 personas de todo el país sobre l el consumo informativo durante el confinamien