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Mostrando las entradas etiquetadas como Ciencia y género

Rosalind Franklin, los prejuicios contra las mujeres en ciencia

Para las mujeres siempre ha resultado más difícil tener una carrera científica. Podemos tomar el caso de Rosalind Franklin como ejemplo. Entre los obstáculos que esta mujer encontró el primero lo halló en su propia familia cuando su padre se opuso, en un principio, a pagarle sus estudios en Cambridge. Además, su formación en la universidad se hizo de la manera especial que en ese momento se hacía con las mujeres, no era igual que la de los hombres. Más tarde, cuando entró becada en el King’s College, su colega Wilkins creyó que lo hacía para ser su asistente y no para su verdadera misión que era organizar una unidad de difracción de rayos X. La labor de las mujeres en la ciencia era vista igual que la que tenían en la sociedad de la época, siempre supeditadas al hombre en cuestiones tan básicas como el lugar de sus comidas, que no podían hacerlas en las mismas salas que los demás investigadores o tampoco podían disfrutar de sus salas de descanso. Con todo eso, se perdía la posibilidad

Mujeres premios Nobel y Turing 2009-2022

En el botón de más abajo hay una presentación interactiva en la que se encuentran las mujeres que han sido premiadas en los últimos años con un Nobel en medicina, física, química o economía y también las tres mujeres que han logrado un premio Turing, el Nobel de la informática.                                                                     

Anónimo era mujer

Al hacer historia de la ciencia en muchas ocasiones se comete el error de narrarla a través de hitos, con figuras heroicas puntuales y sus descubrimientos, sin temer en cuenta que la ciencia y el conocimiento se construye de manera colectiva y continua. El caso de la aportación de las mujeres al conocimiento científico es difícil de evidenciar ya que desde la antigüedad su labor ha sido silenciada, por no decir, además, que su contribución no era del interés de los historiadores (masculinos siempre) de la ciencia. Las aportaciones de las mujeres a la ciencia no eran tenidas en cuenta tampoco por sus contemporáneos, y eso a pesar de que ilustres mujeres de los siglos XVIII y XIX favorecieron y ayudaron gracias a su posición social a numerosos intelectuales y sabios a través de su mecenazgo. El papel de las salonieres durante la Ilustración fue fundamental para reunir a numerosos pensadores y científicos de la época y favorecer el intercambio de ideas. Pero lo hacían desde el papel que l

Sesgos androcéntricos en las nuevas tecnologías

A la tecnología se le suele atribuir cualidades como la precisión y la objetividad. Cuando hablamos de Inteligencia Artificial que es alimentada por muchos datos y algoritmos se llega a pensar que puede tomar algunas decisiones de manera menos sesgada que una persona, puesto que no influirán en esa tecnología factores que sí que influyen en las decisiones humanas. Las redes neuronales de aprendizaje profundo procesan los datos igual que lo haría un cerebro, trabajando en distintas capas con los datos aportados para lograr un objetivo común. Pero ¿qué pasa si esos datos con los que se alimentan presentan un claro sesgo androcéntrico? Esto es lo que Joy Boulamwini descubrió cuando trabajaba en el MIT Media Lab: que los sistemas de reconocimiento facial presentaban más dificultades para reconocer las caras de las mujeres que de los hombres y aún más si estas tenían piel oscura. La investigadora identificó que la base del problema se encontraba en que el algoritmo de la IA no había sido

Células HeLa: ejemplo de cómo las mujeres somos aún invisibles para la medicina

Henrietta Lacks fue una mujer afroamericana que murió en 1951 de cáncer de útero. Su enfermedad y muerte podría haber sido una más entre tantas otras, pero el caso de Henrietta es especial. Los doctores que la atendieron en la clínica Johns Hopkins de Baltimore tomaron una biopsia de sus células tumorales sin su consentimiento y las cultivaron en el laboratorio donde encontraron que se podían reproducir sin problemas in vitro, siempre que se las alimentara. A partir de estas células se creó la primera línea celular humana y la más usada para investigación. A estas células las llamaron por las iniciales de la mujer, HeLa, y han sido utilizadas para investigaciones cruciales como el descubrimiento de la vacuna de la polio o el hallazgo del virus de VIH. Pero, a pesar de la enorme importancia y beneficios del uso de las células HeLa, este caso es un ejemplo de la invisibilidad de las mujeres en la medicina ya que en ningún momento se tuvo en cuenta que Henrietta pudiera ser consultada pa

Algunos aspectos olvidados referentes al enfoque de género en la tecnociencia

  La tecnociencia como actividad transformadora de la realidad tendría que tomar en cuenta algunos aspectos sobre el género a los que no presta especial atención. A pesar de ser una actividad relativamente nueva, la tecnociencia repite viejas desigualdades. Se hace necesario identificar patrones androcéntricos y formular interrogantes, pero también pensar en qué ciencia y qué tecnología queremos y quienes queremos que la hagan. Esta construcción colectiva que es la ciencia debe revisarse incluyendo el enfoque de género y aplicándolo no solo a la producción final, si no también, a la forma en la qué se hace, dónde se produce (tanto instituciones como la propia sociedad que la envuelve), quién y cómo lo hacen y por qué se elige realizar esas investigaciones. En el caso de la importancia de la educación para favorecer vocaciones científicas femeninas, a pesar de que las leyes en este terreno apelan a la igualdad, en la práctica ésta apenas aparece en el currículum escolar. Sería también o

"Si se cumplen las expectativas de las mujeres, se superarán las de los hombres"

  Tanto los Estudios sociales de la ciencia como los Estudios de género y ciencia abordan la problemática de la ciencia y de la construcción de su conocimiento pero desde distintas miradas. Ambos surgieron en los años 60 motivados por los movimientos sociales y políticos de esta época, pero los estudios de género fueron más lejos que los sociales a la hora de analizar el papel que las mujeres y el género ha tenido en la ciencia ya que los estudios sociales de la ciencia no estudiaron, en absoluto, nada relacionado con ello. A partir de La estructura de las revoluciones científicas de Kuhn en 1962 se empezó a cuestionar la figura de la ciencia como algo intrínsecamente objetivo y neutral, al constatarse la fuerza de los valores no epistémicos en la ciencia. Así, existe una relación entre quién hace y la actividad científica y, por lo tanto, si esta ha sido hecha por hombres blancos occidentales, este sesgo se manifestará en los resultados. Aparecen estudios sobre cómo se construye el co

"Nadie me ha puesto trabas"

Hay comentarios inocentes pero que pueden llamar poderosamente la atención. Es lo que me ha ocurrido al escuchar las palabras de Leire en este video. Leire es una joven estudiante de matemáticas que se define como cabezota y amante de las matemáticas. Nos habla de cómo desde pequeñas a las chicas se les enseña a ser perfectas, llegando a inculcarse en ellas un cierto miedo a equivocarse, a hacerlo mal y, mientras, a los chicos se les provoca para que sean atrevidos y valientes, que puedan fallar. Al final las chicas acaban cargando con el perfeccionismo, pensando que todo lo que hagan tiene que estar bien hecho. Socialmente esa carga nos impide crecer a las mujeres, nos limita, porque no nos permitimos probar por miedo a equivocarnos. Pero de todos los comentarios de Leire el que más me ha llamado la atención es cuando dice que a ella, más que animarle a estudiar ciencias, nadie le había puesto trabas. Me resulta llamativo que una persona tan consciente de la desigualdad entre hombres

Cerebro masculino = cerebro femenino

Biológicamente, los cerebros de los hombres y de las mujeres no se diferencian. Es la diversidad biológica entre individuos, el comportamiento y el entorno quienes moldean nuestra plasticidad neuronal, nuestra capacidad de cambio y aprendizaje. A pesar de que hombres y mujeres partimos de esta igualdad cerebral, hay estudios que dicen que, en la adolescencia, los chicos se auto perciben como más inteligentes de lo que sus puntuaciones reales indican, mientras que las chicas se creen por debajo de sus posibilidades mentales. Estas creencias empiezan a forjarse muy pronto en la infancia y alrededor de los 3 a 5 años ya sabemos que hay cosas que son de niñas y cosas que son de niños y todo aquello que implica un desafío a la inteligencia es percibido como masculino, por lo que las niñas lo dejan de lado. Además, según un estudio de la Universidad de Yale, está científicamente demostrado que percibimos de manera sistemática como mejores a los hombres que a las mujeres y esto ocurre indepen