Según los expertos "el 70% de todas las enfermedades de las personas provienen de animales."
Las zoonosis son enfermedades que tienen su origen en los animales y que están producidas por
bacterias, virus, hongos, parásitos o agentes no convencionales que se pueden transmitir a las personas. Algunas de ellas son tratables se curan con la medicación adecuada, incluso para algunas existe vacuna, pero otras no tienen tratamiento y pueden llegar a ser muy peligrosas por sus secuelas e, incluso, tener una tasa altísima de mortalidad. Se conocen más de 200 enfermedades zoonóticas y se calcula que afectan a unos 2600 millones de personas al año. Estas enfermedades no son algo nuevo. Aristóteles en el siglo III A.C. ya hablaba del muermo, zoonosis que afecta a los equinos y se contagia a los humanos. En la actualidad, con el aumento de población humana y la destrucción de ecosistemas y su consiguiente pérdida de biodiversidad estas enfermedades cada vez se están volviendo más peligrosas. El uso generalizado de antibióticos en los animales de granja hace que los patógenos con los que se infectan desarrollen resistencia a los mismos y, cuando pasan a humanos, esta resistencia a los antibióticos es un problema para el tratamiento de la enfermedad.
La convivencia del ser humanos con los animales es continua desde hace más de 30.000 años, cuando en el Paleolítico superior el Homo sapiens domesticó las primeras camadas de lobos y las zoonosis nos acompañan desde siempre. Pero la actual pandemia zoonótica por Covid-19 nos hace intentar buscar caminos que puedan evitar una próxima pandemia aún más peligrosa. La respuesta la tenemos en la naturaleza. La biodiversidad ejerce de escudo contra las enfermedades zoonóticas de varias maneras y por eso es importante la conservación y preservación de los ecosistemas de selvas tropicales, manglares y bosques. Las poblaciones genéticamente empobrecidas son más vulnerables a los patógenos y suponen un mayor riesgo de transmisión a los humanos. La diversidad genética dentro de una misma especie huésped hace que algunos individuos sean resistentes al virus y actúen de cortafuegos. Esta resistencia se transmitirá a los descendientes creando un escudo contra el patógeno. La diversidad de especies también facilita el control de las zoonosis ya que, si conviven muchas especies diferentes, existen muchos huéspedes intermedios donde alojarse, algunos, buenos hospedadores para el virus o bacteria y otros no, lo que hace que la carga viral se diluya. Por último, la tercera manera que tiene la naturaleza de proteger a los humanos contra las zoonosis es por la regulación poblacional que ejercen entre si las distintas especies. Los depredadores evitan al comérselas explosiones demográficas de las especies que actúan como huéspedes óptimos de un posible patógeno. Las especies que compiten o que se necesitan entre si regulan sus poblaciones y a su vez son reguladas en ecosistemas ricos y equilibrados. Por eso es tan importante evitar la pérdida de biodiversidad, porque si esta disminuye, los cortafuegos naturales que existen para algunos patógenos desaparecerían y nos dejarían indefensos.
Entre las enfermedades de origen zoonótico las hay que solo se transmiten entre el animal y el ser humano, como la rabia o la malaria, o que, una vez que saltan al ser humano pueden transmitirse entre nuestra especie. Estas últimas son bastante más peligrosas y entre ellas están la Covid-19, el VIH o el ébola.
La rabia es una enfermedad infecciosa causada por un virus de la familia Rabdoviridae cuyos mejores hospedadores son los perros, pero también, en Europa, los zorros y murciélagos. Si alguno de estos animales infectados muerde a una persona la saliva infectada penetra por la herida contagiándole. El virus se incuba en el organismo del receptor entre unas 2 a 8 semanas normalmente y produce una encefalitis que en muchas ocasiones, a pesar de ser tratada puede ser mortal. A pesar de su gravedad, es una enfermedad fácilmente evitable ya que existe una vacuna eficaz para los perros gatos y otros animales domésticos que evita que el virus se propague. También existe vacuna efectiva para el ser humano y que se recomienda para personas que tengan contacto estrecho con animales. De hecho, gracias a las continuas campañas de vacunación de animales de compañía no se produce un caso de rabia humana en nuestro país desde 1978 (excepto un caso importado en 2013). Por eso, algunos investigadores consideran a la rabia una enfermedad 99% mortal pero 100% prevenible. hay que pensar que en países en desarrollo el poder realizar este tipo de campañas antirrábicas es bastante más complicado por lo que los casos en este momento se concentran en zonas de África y Asia. Allí, un 15% de los contagiados por rabia son niños menores de 15 años.
En el caso de la
rabia, el virus lo transmite el animal al ser humano, pero no puede contagiarse de una persona infectada a otra persona, en el caso de otras zoonosis como el
virus del ébola esto si que ocurre. Esta enfermedad se descubrió por primera vez en 1976 en África occidental. Es una fiebre hemorrágica altamente contagiosa por las secreciones, sangre y líquidos corporales de los seres infectados, incluso existe transmisión sexual. Su periodo de incubación es de entre 2 a 21 días y las personas solo son contagiosas cuando tienen síntomas activos, aunque el virus puede pervivir en el organismo de los recuperados durante varios meses. La enfermedad suele debutar con una presencia repentina de fiebre, gran debilidad y dolores musculares, de garganta y de cabeza y continúa con vómitos y diarreas. Entre los años 2014-2016 se produjo un extenso brote en África occidental cuyo
paciente cero fue un niño de dos años que estuvo en contacto con excrementos de murciélago que había en la fruta que ingirió. Estos son los huéspedes naturales del virus del ébola junto con monos y primates, pero una vez entra en contacto con los humanos el contagio también se produce si no hay la adecuada higiene. La mortalidad de ese brote fue de un 90% ya que no existe tratamiento eficaz contra el virus y, hasta el año 2019 tampoco había una vacuna. En España, tan solo se ha tratado un caso de ébola en 2014 cuando una enfermera madrileña que trató a un enfermo repatriado de Zaire se contagió. Este caso acaparó portadas de
periódicos y minutos de informativos entre otras cosas porque las autoridades sanitarias decidieron sacrificar al perro de la sanitaria como medida preventiva contra una posible posterior transmisión desde el animal a otros humanos.
Como hemos visto, para evitar el contagio a los humanos de las zoonosis es importante conocer e interrumpir la cadena de contagio entre especies. Una de las formas más eficaces es la eliminación de los mercados de animales vivos de Asia y África. En ellos, una multitud de animales de especies diferentes se hacinan esperando ser vendidos y sacrificados para su consumo. Los animales, sufren un constante estrés desde su captura, su transporte y su almacenamiento en malísimas condiciones y su sistema inmune se deprime en esta situación y esto facilita que las cargas víricas aumenten si están contagiados por lo que se convierten en focos de infección o que se contagien si aún no lo están. Abolir este tipo de mercados sería una buena manera de evitar la propagación de nuevas epidemias. Esta medida es importante, pero lo fundamental es la conservación de ecosistemas funcionales y ricos en especies ya que, al degradar los ecosistemas, nos quedamos sin el mayor escudo protector contra los patógenos peligroso para nosotros.
Zoonosis. Organización Mundial de la Salud.
Valladares, Fernando Pandemias y biodiversidad. Youtube
Zoonosis: ¿Qué es una enfermedad zoonótica? Organismo internacional de energía atómica
Rabia. Organización Mundial de la Salud
Wikipedia. Rabia
La rabia. Ministerio de agricultura, pesca y alimentación
Frantchez, V y Medina, J. Rabia 99,9% mortal, 100% prevenible 2018 Revista médica de Uruguay
Ebolavirus.Wikipedia
Ébola. Organización Mundial de la Salud
Avila-Aguero, M. Ébola: una amenaza global Acta médica costarricense vol.56 n$ San José Oct/dic 2014
Creada la primera reserva mundial de vacunas contra el ébola. Médicos sin fronteras
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