La sensibilidad es la propiedad que tiene los seres vivos de percibir estímulos externos e internos. En la evolución, el poder recibir y procesar la información del exterior ha sido de gran ayuda a todos los organismos porque les sirvió para adaptar sus comportamientos para evitar aquello que les perjudicara y adoptar u obtener lo que les beneficiaba.
Tomando como base las valoraciones sensitivas que realizan los neurólogos a los pacientes para evaluar si existe daño cerebral hemos diseñado un experimento muy sencillo para alumnado de ESO en el que se pongan en práctica esto que acabamos de explicar.
¿Tenemos la misma sensibilidad en todo el cuerpo? Experimento
El experimento se realiza por parejas.
Material necesario
- Una horquilla de pelo o un clip por pareja
- Una regla
- Bolígrafo
- Ficha de registro por persona (como esta)
Advertencia de seguridad
Vais a tener que presionar con el objeto sobre la piel de la otra persona, hacerlo con cuidado. Simplemente es una presión ligera, no hay que clavarselo.
Preparación
Abrimos el clip hasta que pueda tener los dos extremos a unos 3 cm el uno del otro como se ve en la fotografía. Con la horquilla es más sencillo.
Introducción conceptual
Las sensaciones son señales generadas por los receptores táctiles en la piel que viajan por los nervios sensoriales a la médula espinal y de ahí al tálamo que transfiere la información percibida al resto del cerebro. Los receptores que nos conectan con el mundo forman parte del sistema nervioso periférico que está formado por nervios y gánglios. Los órganos a los que llega esa información, la médula espinal y el encéfalo, constituyen el sistema nervioso central y es el gran ordenador biológico donde procesamos toda esa información y construimos con ella reacciones, conclusiones e, incluso, planificamos según lo que hemos percibido.
En el cuerpo humano existen zonas más sensibles que otras. Esto se debe a que en esas zonas hay más receptores, están más juntos y, además, estimulan regiones más grandes de la corteza cerebral. Pero las células nerviosas que lo forman solo pueden mandar una señal a la vez. Esto quiere decir que si dos puntos hacen contacto en el mismo recpetor nervioso solo se envía una señal al cerebro y este procesa que solo están tocándonos en un solo punto con un solo objeto. Gracias a esos receptores táctiles nuestro cerebro puede percibir el dolor de un golpe y poner a las neuronas en funcionamiento para crear un mecanismo que evite que volvamos a recibirlo o, al contrario, sentir placer y querer repetir la experiencia.
Elaboración de hipótesis
Reflexión en la pareja. De las cinco partes del cuerpo en las que vamos a realizar el experimento ¿cuál creeis que es la más sensible? ¿Y la menos? ¿En qué os basáis para opinar así?
Experimentación
Una de las personas de la pareja coje el clip y va presionando las distintas partes del cuerpo de su pareja que aparecen en la ficha. Es importante que la persona que recibe la presión no mire para que la percepción sea solo táctil y no visual. Quien presiona deberá preguntar en cada punto de presión cuántas puntas siente la pareja reduciendo la distancia entre las dos puntas de la horquilla con cada toque. Los resultados los irá apuntando en la ficha.
Después de presionar todas las zonas de la primera persona y de recoger los datos, se intercambian los papeles.
Una vez que se ha experimentado y recopilado los datos, se observarán las dos fichas a ver si coinciden en algún punto. Cada pareja tendréis que volver a la hipótesis que habéis elaborado antes del experimento y ver si habéis podido comprobar si es cierta o no y por qué.
Puesta en común y reflexión final
Cada pareja expondrá su hipótesis y sus comprobaciones tras el experimento. ¿Se parecen mucho todas las conclusiones o hay alguna distinta? Debatir sobre ello y compartir el conocimiento para llegar a una conclusión final.
Anatomía del tacto. Mejor con salud.
Entendiendo el cerebro: la neurociencia del tacto y del dolor. Fundación Dacer.
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