La forma de escribir la historia cambia dependiendo de la época y del lugar en el que los estudios se llevan a cabo. La historiografía es cómo se escribe la historia, pero también se ocupa de estudiar cómo se hace la historia. En el caso del estudio de la historia de la ciencia en América Latina desde los inicios del siglo XX a nuestros días se observan varias corrientes diferentes. A pesar de que las visiones de la historiografía de estas corrientes son muy distintas y responden al pensamiento general sobre la ciencia y la historia de la ciencia de cada se tenía en cada época, son corrientes que beben siempre de lo anterior por lo que es interesante su estudio cronológico.
Durante toda la primera mitad del siglo XX la historia de la ciencia que se hace en América está supeditada a EE. UU. y Europa. Es el momento en el que se crean las revistas Isis por Sartron y Bulletin History of Medicine por Sigerist en Estados Unidos, que estudian la historia de la ciencia desde su perspectiva de emigrantes europeos, presuponiendo que la ciencia era un hecho cultural de Europa que se exportó a las colonias y, dando por supuesto, que en esos lugares lo que se hacía era recibir este corpus de conocimiento e integrarlo.
La corriente eurocentrista con su visión colonialista evolucionó en un pensamiento difusionista a finales de los sesenta, tras la publicación del artículo The spread of western science por Georges Basalla. Este artículo fue muy relevante para construir la nueva corriente del difusionismo en la que la historiografía se centraba en el estudio de un hecho científico concreto y de cómo había permeado y su transcendencia cada región. Se entiende aquí la ciencia como de origen europeo pero de valor universal por lo que el interés de la historia es la observación de la expansión del hecho científico, sin importar demasiado el lugar de recepción.
Sin embargo, las fuentes que se utilizaban en la corriente difusionista eran, sobre todo, archivos nacionales y de sociedades científicas de cada país de América Latina. En este interés en la recepción de la ciencia fueron teniendo cada vez más peso las ciencias nacionales y todo se valoraba según la visión nacionalista y lo que no se circunscribía a esta visión no era tenido en cuenta como objeto de estudio. Estos intereses nacionales se aprecian en una de las revistas más importantes de historia de la ciencia de América, la mejicana Quipu, en la que se criticó a Basalla por eurocentrista y se ponía el énfasis en que América Latina no había sido solo una receptora pasiva de la ciencia europea sino que también había habido y había innovación.
En los años ochenta entró también en juego la influencia de la teoría de la dependencia. Esta teoría era una crítica al modelo social que decía que la periferia no debía solo imitar al centro sino también innovar para desarrollarse. En este sentido se puede poner como ejemplo el estudio de Nancy Stepan Beginings of Brazilian science: Oswaldo Cruz, medical research and policy, sobre un instituto de estudios en el que no solo se investigaba, sino que se realizaban políticas de salud pública. La influencia de otros pensadores como Bruno Latour y su concepto de redes e influencias propicio que se empezase a tener en cuenta a actores ocultos en la historia de la ciencia. La historiografía ponía ahora el énfasis en la relación entre los lugares donde surge la ciencia y la producción científica.
Pero en el actual mundo globalizado, esta corriente cada vez da más importancia a cómo la circulación de los saberes transforma el conocimiento. Los antiguos conceptos de centro y periferia han perdido valor. Según Marcos Cueto, la circulación del conocimiento hace que en cada lugar se aporte algo y se construya el saber. En los últimos años se está viviendo un cuestionamiento muy interesante sobre cómo se han comportado Europa y EEUU al crear la historia de la ciencia. La tendencia actual es hacia una historiografía más crítica en la que ocupen su lugar los saberes ancestrales, se hable sobre género, se traten temas medioambientales… No obstante, Cueto es crítico con esta tendencia ya que opina que los equipos de investigadores cada vez están más aislados a pesar de la globalización. Dentro de un tiempo sabremos si lleva razón.
Fuentes
Mateos González, Gisela; Historia de la ciencia en América Latina. Asignatura Máster Cultura Científica UPNA/UPV
Marcos Cueto, Historia de la Historia de la ciencia en América Latina
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