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Twitter y ciencia


En la actualidad existen diversos medios para poder informarse sobre ciencia, pero todos son digitales. Los medios escritos, las radios o incluso las televisiones que tienen programas científicos o las instituciones que realizan difusión y divulgación de la ciencia de manera presencial también utilizan las herramientas digitales para diseminar la información científica. Según la encuesta de Percepción social de la ciencia del Fecyt de 2016 internet fue el medio favorito de la población española para informarse sobre ciencia y tecnología: un 75,4% lo hacía a través de las redes sociales y, concretamente, un 37,3% a través de Twitter.

Las ventajas de esta red para diseminar contenidos es evidente. Favorece el diálogo entre emisor y receptor de la información, los contenidos que se pueden difundir pueden ser de otras redes sociales, blogs, o cualquier otro medio digital, es un espacio que resulta integrador y educativo al favorecer el intercambio de opiniones, aunque también por momentos puede ser muy hostil y destructivo. En las distintas comunidades de intereses que se crean, siempre existen cuentas expertas que son las que los usuarios ordinarios utilizamos como referentes a la hora de poder discernir si el contenido que estamos visualizando está contrastado y es riguroso. Depende quién diga algo genera más o menos confianza en cada comunidad. Estas cuentas funcionan como curadores de contenidos al filtrar y difundir ciertos artículos u opiniones y no otros. Tener una docena de cuentas en las que se confía puede servirnos siempre de faro o guía, aunque también podría limitar nuestro punto de vista al no abrirnos a otras opiniones.

El uso de esta red social permite que, como usuarias, podamos expresar nuestras opiniones de una forma altamente personalizada y en tiempo real, al hilo de la actualidad. A través del uso de las etiquetas es posible seguir la evolución de los temas que nos interesan y hacerlos más visibles si somos nosotros quienes los tuiteamos. Es interesante ver cómo cualquier persona puede interpelar a expertos en alguna materia o a instituciones sobre las cuestiones que tratan y establecer así un hilo de conversaciones directas que, de otra forma, no podría haberse llevado a cabo. Es una manera de acercar las instituciones y a los investigadores a la ciudadanía y de, incluso, integrarla en el proceso de investigación a través de acciones de proyectos de ciencia ciudadana.

A mi personalmente Twitter me ha aportado en este último año múltiples beneficios. He podido conocer y dialogar con personas que me han aportado altruistamente mucho conocimiento gracias a los diálogos que he mantenido. He conocido a mis compañeras de máster, cosa que, de otra manera, al ser estos estudios on line seguro que hubiera sido bastante más complicado y hemos compartido nuestros trabajos y descubrimientos a través de esta red. He aprendido a difundir algunos de los artículos que he realizado y a comunicar proyectos y actividades recibiendo feedback de otras personas lo que siempre ayuda a mejorar. Me ha aportado un repositorio enorme de contenidos en formatos muy variados que me permiten seguir profundizando sobre temas y, por último pero no menos importante, me ha dado la oportunidad de descubrir un montón de cosas nuevas.

A pesar de que quizás el formato de blog es más adecuado para poder divulgar contenidos de forma extensa, siempre es necesario una red social para diseminarlos de la forma adecuada. Por mi experiencia personal, Twitter sería mi red favorita para hablar de ciencia. Facebook ha perdido mucho dinamismo en los últimos tres años y la interacción ha disminuido mucho. TiK Tok e Instagram son dos redes con gran potencial ya que se basan en la imagen, pero la interacción entre la cuenta que difunde el contenido y las que lo visualizan no es tan directa ni tan abierta como Twitter, de hecho, algunas divulgadoras como @fisicamr aunque sus videos los presentan originalmente en TikTok luego utilizan Twitter para la redifusión. Quizás porque esta red tiene mayor peso y prestigio que las demás entre la comunidad científica en este momento.



Pérez-Rodríguez, A. V., González-Pedraz, C., & Berrocal, J. L. A. (2018). Twitter como herramienta de comunicación científica en España. Principales agentes y redes de comunicación. Communication Papers, 7(13), 95-112.


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