En
ciencia se busca alcanzar el conocimiento a través de la observación de algunos
hechos singulares o significativos. Cuando en esta observación se encuentra un
patrón o una repetición, una cierta regularidad, los científicos construyen una
ley o teoría, o lo que es lo mismo, desde una observación particular se propone
un enunciado general. Tras el enunciado de una teoría, esta se tiene que poner
a prueba a través de la experimentación para concluir si es cierta o no. A este
método se le denomina inducción.
Popper, filósofo alemán del siglo XX, pensaba que no conocemos el mundo, sino que solamente hacemos conjeturas sobre él. Para este filósofo, la búsqueda intrínseca a la actividad científica debe de ser crítica y por eso utiliza el Modus tollens, un criterio de confirmación o refutación de las teorías que depurará para construir un método de verificación que denomina falsación.
Según Popper, nos encontramos con un problema al intentar generalizar a partir de un hecho concreto y es que no sabemos si la observación de la que partimos es siempre así o podría ser de otra forma. La falsación se construye basándose en que la inducción no puede nunca confirmar una ley o teoría, pero si que es posible, aplicando la deducción, refutarla a través de la experimentación, si esta así lo contradice. Por lo tanto, ninguna teoría podría demostrarse nunca, ya que no contamos con todos los hechos que pueden llegar a suceder y sus variantes, pero sí que podemos decir cuáles son falsas. Siguiendo este método de la falsación, se puede distinguir y delimitar qué es ciencia y que no lo es.
Hasta Popper, se creía que una teoría era cierta cuando se demostraba, pero a partir de él es al contrario. Esta prueba constante hace que la ciencia siga avanzando, aunque no hay que pensar que si una teoría es falsada se abandone para siempre y se descarte para adoptar la nueva, en algunos casos las viejas teorías falsadas en parte se siguen aceptando porque dan una explicación más sencilla o de mayor coherencia que las nuevas y siguen siendo útiles como generalizaciones.
Fuentes:Popper, filósofo alemán del siglo XX, pensaba que no conocemos el mundo, sino que solamente hacemos conjeturas sobre él. Para este filósofo, la búsqueda intrínseca a la actividad científica debe de ser crítica y por eso utiliza el Modus tollens, un criterio de confirmación o refutación de las teorías que depurará para construir un método de verificación que denomina falsación.
Según Popper, nos encontramos con un problema al intentar generalizar a partir de un hecho concreto y es que no sabemos si la observación de la que partimos es siempre así o podría ser de otra forma. La falsación se construye basándose en que la inducción no puede nunca confirmar una ley o teoría, pero si que es posible, aplicando la deducción, refutarla a través de la experimentación, si esta así lo contradice. Por lo tanto, ninguna teoría podría demostrarse nunca, ya que no contamos con todos los hechos que pueden llegar a suceder y sus variantes, pero sí que podemos decir cuáles son falsas. Siguiendo este método de la falsación, se puede distinguir y delimitar qué es ciencia y que no lo es.
Hasta Popper, se creía que una teoría era cierta cuando se demostraba, pero a partir de él es al contrario. Esta prueba constante hace que la ciencia siga avanzando, aunque no hay que pensar que si una teoría es falsada se abandone para siempre y se descarte para adoptar la nueva, en algunos casos las viejas teorías falsadas en parte se siguen aceptando porque dan una explicación más sencilla o de mayor coherencia que las nuevas y siguen siendo útiles como generalizaciones.
Etxeberria Agiriano, Arantza Introducción a la filosofía de la ciencia (materiales de la asignatura del Máster de Cultura Científica)
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