Hay palabras que no solo describen cosas, sino que ordenan el pasado como si fueran estantes de bibliotecas. Paleolítico y Neolítico son dos de ellas. Suenan a museo, a vitrina llena de fósiles y a carteles discretos, pero estas palabras nacieron de algo mucho más físico y ruidoso: golpes de piedra contra piedra. Herramientas. Cantos afilados. Manos humanas aprendiendo a dialogar con la materia. Que las grandes etapas de la prehistoria lleven nombres derivados de los materiales que usaban para sus instrumentos no es casualidad. Es una declaración de principios sobre quiénes somos y cómo llegamos hasta aquí. Como decía Leroi-Gourhan llamamos Prehistoria a la “Historia antes de la escritura” , un larguísimo periodo de la humanidad que abarcaría el 99% del tiempo que llevamos los seres humanos en la Tierra. Según el consenso académico, los primeros sistemas de escritura aparecen hacia el 3500-3300 a. C. en Mesopotamia. Todo lo anterior, desde los primeros homininos bípedos hasta las socie...
Cultura científica