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Poniendo precio al uso de la naturaleza


La naturaleza nos facilita la vida. Existen procesos y estructuras en los ecosistemas que posibilitan que llevemos nuestra vida actual. En los años 90, un grupo de investigación viendo cómo necesitamos el suelo, el aire, las plantas y animales, los ríos y toda la naturaleza y recursos del planeta y cómo los estábamos  extrayendo de manera poco sostenible decidieron calcular la economía invisible que había tras esos usos. Pensaban que traducir a dinero las consecuencias colaterales de la deforestación o de la contaminación de las aguas podía producir un efecto positivo de toma de conciencia por parte de  la sociedad de la sobre explotación a la que estamos sometiendo al planeta.



Para poder calcular el capital natural se utilizan varios métodos de valoración económica, tanto directos como indirectos. Por ejemplo, hay estudios directos en los que bañistas están dispuestos a pagar por mantener y mejorar la calidad del agua de ciertas playas en Hawaii (Peng y Oleson, 2017; Tonin, 2018) o otros en los que se estudia el impacto negativo que tendrán en el precio de las viviendas residencias el deterioro de  la calidad de las aguas  en el estado de Washington  (Papenfus, 2019).

En entornos naturales como la selva de Irati, los visitantes que acceden hasta ella con vehículos pagan una pequeña tasa que se destina a la conservación del ecosistema del bosque. En este caso, por parte de los visitantes este precio no es percibido como un pago por el uso y el impacto que tiene su visita al hayedo sino como un simple ticket de aparcamiento. 

Parece que en estos momentos solo los cálculos económicos son los que pueden dar visibilidad a la sobre explotación de los recursos. Desde hace unos años Global footprint Network estima el día en el que acabamos con los recursos que puede generar en un año, es el Día de la Sobrecapacidad de la Tierra. Para 2022 ese momento lo alcanzaremos a nivel mundial el 29 de julio, a partir de ahí, estaremos consumiendo los recursos de generaciones futuras. Esta es la fecha hecha con la media mundial pero en el caso de los países desarrollados nuestro nivel de sobreexplotación es aún mayor y, por ejemplo, España ha entrado en deuda con el planeta este año el 12 de mayo. 

Estas campañas de visibilización son importantes para mostrar el problema al público más general, ya que son mediáticas e impactan. En el caso del pago por servicio ecosistémico, está poco implantado y normalmente es difícil de gestionar y excesivamente lento el beneficio que conlleva para la naturaleza, 

 

Paredes-Vilca, O.J. Pago por servicios ecosistémicos de los recursos hídricos y su valoración económica Vol 16, num. 1 (2019)

La importancia de los servicios ecosistémicos

29 de julio: el planeta en números rojos WWF

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