No somos seres etéreos y hay tres cosas que necesitamos obligatoriamente para subsistir: aire, alimentos y agua. Vamos a hablar aquí de las dos últimas tomando como base el Código alimentario Español que dice que un alimento son todas aquellas sustancias o productos, solidos, líquidos, naturales o transformados que por sus características, aplicaciones, componentes, preparación o estado de conservación pueden ser utilizados para la nutrición humana o como productos dietéticos en casos especiales de alimentación humana.
A pesar de que comemos todos los días, muchas personas no conocen demasiado bien qué se están llevando a la boca y por eso es necesario que aclaremos algunos conceptos y repasemos el listado del Código Alimentario Español para que lo tengamos más claro. En los comercios nos vamos a encontrar solo alimentos no contaminados, no adulterados y que no hayan sido alterados, cuya ingesta es segura para nuestra salud porque no tienen presentes patógenos o sustancias perjudiciales para el consumo humano. Ahora que sabemos que todo lo que hay en las estanterías es comestible y seguro, empezamos por la sección de frescos del supermercado. Aquí encontraremos alimentos perecederos como los yogures o las verduras que necesitan de unas condiciones especiales de conservación. Algunos de estos alimentos, además, son considerados alimentos fundamentales, como la leche, el pan o las patatas, porque forman parte de la ingesta habitual diaria de los habitantes de este país.
Si seguimos paseando por las estanterías de cualquier comercio podemos encontrarnos también otros dos tipos de alimentos, los dietéticos y los sucedáneos. Los alimentos dietéticos son los que están elaborados según formulas autorizadas para satisfacer necesidades nutritivas especiales, como pueden ser los panes sin gluten para los celíacos o los productos lácteos sin lactosa para los intolerantes a la misma. En el caso de los sucedáneos, los palitos de cangrejo, también conocidos como chaka o las tabletas de sucedáneo de chocolate serían dos ejemplos. en el primero, a pesar de que se les conoce como palitos de cangrejo, están elaborados con pasta de distintos pescados y otros ingredientes y en el caso de los sucedáneos del queso como esas porciones triangulares de quesitos en los que ni siquiera aparece la palabra "queso" y están hechos con sueros y almidón.
Los que ya tenemos una edad recordaremos el famoso caso del aceite de colza adulterado con anilina que en 1981 fue vendido de manera fraudulenta como aceite de oliva y produjo el mayor caso de envenenamiento masivo de la historia de este país. En este caso, el aceite de colza sería un alimento falsificado, porque se vendía como de oliva, alterado, porque en su proceso las características organolépticas variaron, adulterado, al agregársele anilina que hizo además que fuera un alimento nocivo que causo más de 3.000 muertes y numerosísimas secuelas.
Afortunadamente, desde los años 80 la seguridad alimentaria ha adelantado mucho. Nunca en la historia habíamos comido alimentos tan seguros ni se había tenido tanto control sobre su producción y la cadena de distribución hasta que llegan a nuestros hogares. Los productos que encontramos en nuestras tiendas cumplen estrictas normas de seguridad, pero eso no quiere decir que la ingesta sin control de algunos de ellos sea saludable. Tenemos las herramientas para poder saber qué comemos pero la mayoría de las personas no hacemos caso a la información que se nos proporciona y caemos en trampas de mercadotecnia pensando que, gastando más, nos alimentamos mejor y por eso compramos leches enriquecidas con calcio, o productos "sin", pero...¿son mejores que los productos originales? De eso hablaremos en una nueva entrada de este blog.
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