En un rápido paseo por el super o por la barra de cualquier bar o discoteca podemos ver el amplio abanico de bebida llamadas energéticas con las que convivimos. Las consumen sobre todo los adolescentes, para mantenerse despiertos y alerta si tienen que estudiar o tienen un largo torneo de Fornite o para aguantar toda la noche de fiesta las mezclan con alcohol. Han desbancado a los refrescos tradicionales entre los más jóvenes como bebida refrescante por sus atractivos y, a veces, agresivos colores y sus exóticos sabores. Sus campañas de publicidad las asocian a eventos deportivos o festivales de música, a lugares y actividades en los que la resistencia al agotamiento es fundamental para disfrutar a tope. Y las cabezas adolescentes son muy receptivas a esos mensajes que les prometen mentes más despiertas y cuerpos infatigables gracias a ingredientes como la taurina o el ginseng y, además, las vitaminas que contienen dan la sensación de que tienen que ser beneficiosas, pero, ¿es verdad que esto es así? ¿son realmente energizantes y saludables estas bebidas? Pues en realidad no. Ninguna de las moléculas agregadas a esas bebidas que prometen más resistencia física o mental, está probado que actúen de esa manera. Ni la L-Carnitina, ni el ginseng, ni la taurina tienen ningún efecto positivo demostrado científicamente sobre la fatiga muscular o la capacidad de resistencia. En sentido estricto, su efecto no es ni positivo, ni negativo para el organismo por lo que parezcan en estas bebidas no aporta nada.
En el caso de las vitaminas, estas bebidas se publicitan como con un alto contenido en vitaminas, tan alto que en sus etiquetas aparece que en una sola lata podemos llegar a injerir más de un 500% de la cantidad diaria recomendada. Si bien las vitaminas que contienen, las del grupo B, son inocuas en su mayoría, la sobreingesta de vitamina B6 se está estudiando porque podría ser perjudicial.
Me he paseado por el super y he estado revisando algunas latas de estas bebidas fijándome en los contenidos de dos ingredientes que me parecen muy preocupantes: la cafeína y el azúcar y he comparado los datos con los de un refresco sin gas.
Todos las bebidas energéticas presentan unos valores de cafeína elevados y así lo marcan en sus etiquetas, incluso advirtiendo de que pueden ser perjudiciales. Todas tienen la misma cantidad altísima de cafeína, el equivalente a dos cafés espresos en el caso de las bebidas de medio litro o a uno en el caso de las latas más pequeñas. Y con la cantidad de azúcar ocurre igual, excepto en la bebida Burn Zero, elegida a propósito sin azúcar, pero que sigue siendo peligrosa por su alto contenido en cafeína. Las otras dos latas, tienen 56 gr en medio litro Monster y 27,5 en 250 ml Red Bull lo que equivaldría a siete azucarillos la primera y casi cuatro la segunda. El refresco Aquarius que he puesto como referencia de las bebidas no energéticas, no presenta cafeína pero sus niveles de azúcar son también altos, 14 gr (no llega a dos azucarillos) pero no tanto como las energéticas.
Según la OMS, el consumo de azúcar no debe sobrepasar diariamente la cantidad de 50 gr y debería bajarse a menos de la mitad para evitar enfermedades cardiovasculares y diabetes, está claro que las personas que beben estos productos ingieren bastante más azúcar del que es conveniente para mantener la salud. En el caso de la cafeína ocurre lo mismo, una sola bebida es más de la cantidad que se recomienda no sobrepasar diariamente. los productores de estas bebidas son conscientes de su potencial peligrosidad por lo que advierten en sus etiquetados de la gran cantidad de cafeína que contienen y de que no deben mezclarse con alcohol pero sabemos que nadie se toma en cuenta estas advertencias. y menos que nadie los adolescentes y jóvenes que son los más vulnerables porque aún están sus cuerpos y cerebros en formación.
Las bebidas energéticas son asequibles, son fáciles de encontrar y no tienen limitaciones a la hora de su compra. en los lineales de los supermercados aparecen junto a los zumos y los refrescos. Si esto no cambia no tenemos ninguna posibilidad de evitar que las nuevas generaciones sigan bebiendo estas bombas de relojería que les causarán perjuicio en tan solo unos años ¿no hay nadie que vaya a evitarlo?
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